El peso de la mochila en la espalda genera un "cambio en la marcha y en la postura" y para compensar su efecto el escolar debe inclinar hacia adelante el tronco, la cabeza y el cuello, produciéndose un aumento de la curvatura en la columna lumbar (lordosis).
Hay que asegurarse que el peso de la mochila sea menos del 15% del peso corporal del niño o la niña para evitar las molestias que puedan tener los niños con la utilización diaria de estos elementos.